Los 42 aditivos más peligrosos
La mayoría de aditivos son inocuos y algunos, recomendables. Pero muchos son innecesarios y un buen número, perjudiciales.
LA MEJOR ELECCIÓN: Ninguno de los aditivos de esta lista está presente en los alimentos ecológicos. | |||
Es muy probable que aditivos permitidos en la actualidad sean prohibidos en los próximos meses o años, por lo que al consumirlos se corre cierto riesgo. Al cabo de un año una persona puede haber introducido en su cuerpo de 3 a 25 kg. Esta acumulación y la interacción con medicamentos y tóxicos ambientales contribuye a la sobrecarga del organismo.
E 102 Tartracina. Puede desencadenar urticarias y se relaciona con los trastornos de comportamiento en los niños. Desde el año 2008, los alimentos que llevan este colorante deben indicar obligatoriamente en la etiqueta que “pueden tener un efecto adverso sobre la actividad y la atención de los niños”. Sin embargo, se permite incomprensiblemente su utilización para colorear golosinas. En Noruega está prohibido.
E 127 Eritrosina. Actualmente sólo se permite su uso para colorear cerezas para cocktail, cerezas confitadas, ensaladas de frutas y pintalabios, pero las evidencias sobre sus efectos negativos sobre el sistema nervioso justificarían su prohibición total.
E 154 Marrón FK. Sólo está permitido para una especialidad de arenques ahumados ingleses (kippers). En el resto de la Unión Euopea está autorizado su uso en cosmética y curiosamente en la fabricación de medicamentos.
E 171 Dióxido de titano. Existen estudios en animales que lo relacionan con daños sobre los sistemas inmunitario y reproductivo. También muestran un efecto provocador de cáncer de colon y recto.
E 161 g Cantaxantina. Se añade a la alimentación de las gallinas para dar color a las yemas de los huevos. También se usa para pigmentar productos cárnicos. La OMS sospecha que esta sustancia provoca daños hepáticos.
E 180 Litolrrubina BK. Puede dañar los riñones, la glándula tiroides, el páncreas y el sistema inmunitario. Sólo está permitido en las cortezas de queso, pintalabios y maquillaje.
E 214 Etil p-hidroxibenzoato, E 215 Etil p-hidroxibenzoato sódico, E 218 Metil p-hidroxibenzoato y E 219 Metil p-hidroxibenzoato sódico. El grupo de los conservantes PHB sufrió dos bajas en 2006 al prohibirse el E 216 (Propil p-hidroxibenzoato) y el E 217 (Propil p-hidroxibenzoato sódico) debido a sus efectos sobre el sistema endocrino. Sobreviven cuatro miembros que desencadenan alergias con relativa frecuencia.
E 235 Natamicina. En alimentación se usa en las cortezas de quesos y las pieles de embutidos. El problema es que al ser un antibiótico puede contribuir a la aparición de bacterias resistentes a los tratamientos.
E 249 Nitrito potásico y E 251 Nitrato sódico. El nitrato se convierte en nitrito por acción de la saliva, y el nitrito puede transformarse en el estómago en nitrosaminas cancerígenas.
E 284 ácido bórico y E 285 tetraborato sódico. Son venenos que se acumulan en el organismo (se utilizan para matar cucarachas). La Unión Europea solo los permite en las conservas de caviar auténtico.
E 310 Galato de propilo, E 311 Galato de octilo y E 312 Galato de dodecilo. Reducen la eficacia del sistema inmunitario, según experimentos realizados con animales, y son alergénicos, sobre todo el E 311.
E 320 Butilhidroxianisol (BHA) y E 321 Butilhidroxitoluol (BHT). Se hallan sobre todo en frituras, chicles, sopas preparadas, purés instantáneos y mezclas para hacer repostería. Al calentarse se descomponen en metabolitos cuyos efectos sobre la salud son hasta el momento desconocidos. En experimentos animales aparecieron efectos cancerígenos y alteraciones en el sistema inmunitario, en la sangre y en el hígado. Las dos sustancias se acumulan en el tejido graso del cuerpo de la mujer y pueden llegar al feto en las embarazadas. También son reconocidos alergenos.
E 413 Goma tragacanto. Es un alergeno que puede provocar reacciones graves.
E 466 Carboximetilcelulosa o carboximetilcelulosa sódica. Puede contener restos de dioxinas cancerígenas. Por otra parte, si su ingesta se mantienen durante largo tiempo puede provocar diarreas y otras molestias abdominales.
E 472 e Ésteres mono-y diacetiltartáricos de los mono- y digliceridos de ácidos grasos. Se añade a las harinas para que los panecillos adquieran más volumen, pero el cuerpo no lo metaboliza y podría dañar los riñones y el corazón.
E 476 Polirricinoleato de poliglicerol. En experimentación animal se ha relacionado con daños en hígado y riñones.
E 452 Malato de calcio. Existen dudas sobre su inocuidad debido a sus propiedades complejas.
E 444 Acetato isobutirato de sacarosa. En test toxicológicos provocó alteraciones reversibles en el hígado y la vesícula biliar de perros. Está permitido en limonadas.
E 620 Ácido glutámico, E 621 Glutamato monosódico, E 622 Glutamato monopotásico, E 623 Glutamato cálcico, E 624 Glutamato monoamónico y E 625 Glutamato magnésico. Pueden provocar en personas sensibles el denominado “síndrome del restaurante chino”, que se caracteriza por síntomas como presión en las sienes, dolores de cabeza y rigidez de nuca. Además, a medio y largo plazo aumentan el apetito y favorecen la obesidad. Estudios realizados con ratones de laboratorio los relacionan con problemas de fertilidad y de aprendizaje.
E 950 Acesulfamo K. Según estudios realizados con animales, puede provocar alteraciones del material genético.
E 951 Aspartamo. Resulta un riesgo reconocido para las personas que sufren de fenilcetonuria (un problema enzimático de nacimiento) y de ello se advierte en las etiquetas de los productos que lo contienen, pero no está libre de riesgos para las personas sanas. Se ha relacionado con dolores de cabeza, pérdida de memoria, alteraciones de visión e hiperactividad, y en experimentación animal ha provocado cáncer de cerebro, ganglios linfáticos y vías urinarias. Los estudios contradictorios no han permitido un consenso científico.
E 952 Ácido ciclámico y sus sales de sodio y calcio (ácido ciclámico, ciclamato sódico, ciclamato cálcico). La cantidad permitida en bebidas ligeras se disminuyó hace pocos años de 400 mg a 250 mg por litro y se ha prohibido su uso en golosinas, chicles, helados y productos para refrescar el aliento. En Estados Unidos están prohibidos desde 1969 por la sospecha de que pueda provocar cáncer de intestino.
E 962 Sal de aspartamo y acesulfamo. Es el producto de la reacción química entre el aspartamo (E 951) y el acesulfamo (E 950) y posee los mismos inconvenientes.
E 520 Sulfato de aluminio, E 521 Sulfato doble de aluminio y sodio, E 522 Sulfato doble de aluminio y potasio y E 523 Sulfato doble de aluminio y amonio. Debido a que el aluminio parece que puede desempeñar algún papel en la enfermedad de Alzheimer, sólo debieran utilizarse como ayuda técnica, de manera que no dejaran restos en el producto final, pero actualmente la ley no impone esta limitación.
E 900 Dimetilpolisiloxano. Al añadirlo a los aceites de freír favorece la formación de acrilamidas cancerígenas. Por esta razón se tiende a reducir o eliminar su uso en este caso. No es necesaria su declaración en la etiqueta.
E 949 Hidrógeno. Se emplea sobre todo para la fabricación de margarina y alcoholes de azúcar. La técnica de hidrogenación parcial es uno de los procedimientos más controvertidos en la fabricación alimentaria. Durante este proceso, además de las poco saludables grasas trans, se generan gran cantidad de productos de reacción poco comunes.
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