Sylvia Earle: “Los océanos no pueden ser el pie de página del cambio climático”
Sylvia Earle, oceanógrafa de National Geographic, hace llamamiento a la acción para preservar “el corazón azul” del planeta durante la Conferencia Internacional de Cambio Climático Change the Change (San Sebastián).
“Los océanos han sido hasta ahora un pie de página, cuando en realidad son la clave del cambio climático”, advirtió Sylvia Earle, la oceanógrafa galardonada en el 2018 con el Príncipe de Asturias de la Concordia, en el cierre de la conferencia Change the Change que durante tres días ha reunido a los máximos expertos mundiales en San Sebastian. A sus 83 años, con 7.000 horas de buceo a sus espaldas, Earle proyectó su voz ondulada en un llamamiento a la acción para preservar “el corazón azul” del planeta.
“Los océanos no solo regulan las temperaturas, sino que generan la mayoría del oxígeno en el mar y en la atmósfera y facultan los ciclos del agua, del carbono y del nitrógeno”, recalcó Sylvia Earle, que recordó de paso su acto de feminismo submarino cuando participó en 1970 en la primera expedición de mujeres “acuanautas”.
“Curiosamente, conocemos mejor la superficie lunar que los océanos, pero por fortuna todo eso está cambiando”, reconoció. “Está aumentando la conciencia sobre la importancia de los mares para nuestra propia susbistencia. Pero nos está costando entender que hay límites en el océano a la hora de tratar las especies, y en lo que los humanos podemos introducir o extraer… Pues bien, hemos sobrepasado esos límites, y seguimos esperando que los océanos funcionen”.
Insistió Earle en cómo los océanos juegan “un papel fundamental a la hora de dictar el clima del planeta” y cómo son al tiempo un indicador del calentamiento global. “El agua de los mares abSorbe el calor y ha alcanzado temperaturas récord en el último medio siglos”, recalcó la oceanógrafa, sin necesidad de mencionar los recientes estudios sobre los efectos devastadores para la vida marina de las olas de calor.
“El nivel del mar ha subido también en el mismo período y se espera una subida aún mayor que puede poner en riesgo a decenas de ciudades costeras en la próximas décadas”, añadió Earle. “Y finalmente, el cambio climático está provocando la acidificación de los oceános y afectando a muchas especies”.
“El mayor problema del hombre es no saber”, advirtió Su Majestad de las Profundidades, como popularmente se la conoce en Estados Unidos. “Pero hemos aprendido mucho en este último medio siglo, y armados con el conocimiento tenemos poder. Y esa es la mejor razón para la esperanza”.
La ignorancia y el conformismo son, según Sylvia Earle, los dos mayores enemigos de la especie humana. Y otro problema invisible es el mito de que la inmensidad del mar puede con todo, incluida la acción depredadora del hombre.
“Quedan el mar apenas el 10% de los tiburones que había cuando yo era pequeña”, recalcó la oceanógrafa, que vaticinó la extinción de los grandes peces blancos a menos que se produzca un giro radical para progerlos y evitar su consumo. “Estamos extrayendo del mar hasta los mircroorganismos, sin reparar en que sin las pequeñas criaturas, cambia la química del planeta”.
“Todo el daño que causamos a los océanos nos lo hacemos a nosotros”, nos recordó Sylvia Earle hace diez años, cuando la estrevistamos en su centro de oepraciones en la bahía de San Francisco. La intatogable exploradora de National Geographic, fundadora de Mission Blue y primera mujer científica en la Administracion Oceánica y Atmosférica norteamericana (NOAA), se despidió reclamando un examen de conciencia de la especie humana: “Podemos mirarnos al espejo. Somos nosotros los que elegiremos lo que será el mundo. Los próximos diez años marcarán la diferencia”.
El cierre de la conferencia Change the Change estuvo consagrado al papel fundamental de la mujer en la acción ante el cambio climático. Junto a Sylvia Earle estuvo la co-directora ejecutiva de Greenpeace International, Bunny McDiarmid, que rompió una lanza por la convergencia de los movmientos feministas y ecologistas: “Es fantástico ver emerger esos movimientos de mujeres jóvenes que toman las calles, y también a mujeres mayores que se enfrentan a los gobiernos, que se niegan a ser ignoradas”.