La calidad del aire en las ciudades, a debate

27.5.2013
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La jornada de debate "¿Hasta dónde hay que llegar para reducir la contaminación atmósférica?", organizada por Bodegas Torres y la Universidad de Barcelona, reunió a expertos en calidad del aire y salud y representantes de las administraciones públicas y entidades europeas con la intención de debatir posibles soluciones a la contaminación de las ciudades.

La contaminación es un gravísimo problema de salud ambiental y por ello los responsables políticos y gestores de las grandes ciudades deben responder con medidas eficaces. En Londres, por ejemplo, se ha establecido una Zona de Bajas Emisiones (Low Emission Zone–LEZ) en el centro de la ciudad a la que tienen prohibido el acceso aquellos vehículos más contaminantes, como camiones o furgonetas, y se está planeando instaurar una Zona de Ultrabajas Emisiones, según explicó Oliver Lord, asesor político de Transport for London, en la reciente jornada "¿Hasta dónde hay que llegar para reducir la contaminación atmósférica?" que se celebró el 21 de mayo en la Universidad de Barcelona. Oliver Lord se congratuló de que Londres posea la mayor flota de autobuses híbridos de Europa, con 420, que irán ampliándose hasta 1.600 en 2016, así como autobuses de hidrógeno.

La jornada, organizada por Bodegas Torres, la Universidad de Barcelona, Alumni UB, el Ayuntamiento de Barcelona y Transport for London, reunió a expertos en calidad del aire y salud y representantes de las administraciones públicas y entidades europeas con la intención de debatir posibles soluciones a la contaminación de las ciudades.

Inició el debate Miguel A. Torres, presidente de Bodegas Torres, que destaca por sus iniciativas que integran medidas medioambientales en todas las etapas de producción vitivinícola y que tiene el compromiso de reducir el 30% de las emisiones de CO2 por botella en el año 2020 con respecto al 2008.

Interesante fue también la participación de Jesper Theilgaard, meteorólogo y experto climático danés, que apuntó la importancia de las condiciones climáticas en el agravamiento de la contaminación. Por ejemplo, las altas presiones y el poco viento hacen que la polución se estanque. El frío impide que el aire se caliente y se renueve mezclándose con el de las capas superiores, por ello, las horas de mayor contaminación son las primeras del día.

Theilgaard reivindicó la necesidad de incluir el pronóstico meteorológico en la gestión de la contaminación de las ciudades. También explicó las medidas llevadas a cabo en Copenhague, que ostentará el título de Green City en 2014. En la capital danesa han apostado fuerte por la bicicleta, creando amplios carriles bicis –bien señalizados en azul y sin semáforos– que conectan el centro con los barrios periféricos y atraviesan zonas verdes con la intención de sacar los coches de la ciudad. En Copenhague, el 50% de los estudiantes usa la bicicleta en sus desplazamientos y en el centro de la ciudad se ha eliminado el tráfico pesado de las zonas protegidas exigiendo filtros en los tubos de escape, sin estos filtros no pueden acceder o reciben multas considerables.

En cuanto a Barcelona, parece que los responsables políticos se resisten a cerrar el tráfico a los vehículos más contaminantes. Joan Puigdollers, regidor de Medi Ambient i Serveis Urbans del Ayuntamiento de Barcelona, aseguró que la gran apuesta de Barcelona pasa por los vehículos eléctricos, que incluyen las bicis eléctricas, un transporte muy interesante en una ciudad que tiene mucho desnivel. También se está estudiando la posibilidad –aún muy remota– de que las furgonetas de distribución de mercancías sean en el futuro eléctricas.

Ante estas soluciones planteadas por el responsable de Medio Ambiente de Barcelona, Xavier Querol, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, alertó que las medidas deben ser inmediatas y deben incluir toda una batería para ser efectivas, y no solo vehículos eléctricos en el futuro, ya que la situación por contaminación en ciudades como Barcelona es grave, superando las concentraciones permitidas por la Unión Europea de NO2 (dióxido de nitrógeno) y, especialmente en el caso de Barcelona, de las partículas en suspensión (PM).

Los datos corroboran la importancia de medidas contundentes contra la contaminación: en Europa, es la causa de 400.000 muertes prematuras y 85 millones de días de trabajo perdidos por bajas médicas.

Enric Aulí, director de Serveis d’Intervenció Ambiental del Ayuntamiento de Barcelona, insistió en que, aunque hay muchas medidas en marcha, hace falta crear sinergias internas en política ambiental para que todas esas inicitivas vayan en una misma dirección. Recordó que, en el caso de Barcelona, el 20% de la contaminación causante se debe al puerto y que cualquier normativa que busque bajar las emisiones de partículas contaminantes debe tener en cuenta ese foco importante de polución.

En esta jornada de debate, presentada por el meteorólogo Tomàs Molina, también participaron, entre otros, Aida Vila, responsable de cambio climático en Greenpeace, Assumpta Farran, directora general de Qualitat Ambiental del Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya, y Josep M. Ramon Torrell, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Bellvitge, que dijo que "los efectos se notan tanto respecto a la exposición continuada como aexposiciones elevadas puntuales". Las consecuencias para la salud son enferemedades respiratorias y cardiovasculares y también afectan al desarrollo de los recién nacidos y las primeras fases de la vida.



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